Poemas para chicos que no tienen miedo y para los que no quieren asustarse. También para aquellos, chicos o grandes, que tengan ganas de ayudar a otros a no espantarse cuando suena el primer trueno o hay que apagar la luz a la hora de ir a la cama. Poesías que apelan a la ternura y al humor para reírse de los miedos.
En ¡Abajo los miedos!, el lobo es un personaje gracioso con el que se puede jugar y las sombras en la pared, arabescos que dibujan las manos de una mamá.
En estos textos, Olga Drennen juega con el lenguaje, exagera o minimiza personajes, objetos y situaciones para que los lectores se diviertan o se conmuevan con aquellas cosas que suelen atemorizarlos. Y así, sus miedos, todos sus miedos, desaparecen vencidos por el poder las palabras.